lunes, diciembre 07, 2009

Pistita de Hielo

Un cuadrado con puntas redondeadas, igualito que una lata de sardinas… con decenas de personas tropezando unas con otras. Esta vez, los chicos de secundaria no estaban en la ceremonia de todos los lunes, cantando el himno nacional, sino cantando ska al tiempo que aprendían a patinar en la pista de hielo del Zócalo de la ciudad de México.

Los chicos de preparatoria tampoco podían estar ausentes, sin embargo, no se les ve patinando, sino apoyando a los patinadores desde el acceso, hasta en el monitoreo del cumplimiento de reglas dentro de la pista. No es difícil suponer que son becarios de Prepa Sí, para algo se inventaron los programas sociales y los servicios para pagarlos.

Una nena muy amablemente se ofreció a calzarme los patines, y con una destreza singular, colocó el calzado entre sus piernas para atar los cordones, algo que me hizo temblar de miedo porque, un movimiento involuntario y estaría incurriendo en algún delito de tipo sexual… ya ven que está de moda ser agresor aunque a uno no le gusten esas cosas.

Pero el contexto fue aterrador. Mis oídos no escuchaban la música y mis ojos no estaban atentos a los tropezones, caídas y exhibiciones de los asistentes, sino que platicaban conmigo mismo, pensando qué tan fuera de contexto estaba la nieve en un lugar rodeado del Palacio Nacional, del Ayuntamiento… de la Catedral, y de un hermoso gris cielo que continúa siendo contaminado al mantener la pista al aire libre.

Y hablando de tradiciones invernales… ¿no será la reafirmación de que la ciudad se vuelve cada vez más fría, más deshumanizada? En 15 minutos la pista hace agua, lo que quiere decir que también la calidez de los chilangos cuenta, para darle en la torre a lo que todos estábamos disfrutando.

domingo, noviembre 01, 2009

Viviendo la muerte

La muerte sigue siendo un episodio que se guardó en alguno de esos volúmenes que quemó la Santa Inquisición por considerarlo inapropiado. A mí, la muerte me parece aquella enseñanza que nunca nos llega, o la que nunca queremos conocer. Ha sido ese vacío que me espanta y que me llena de duda, pero que por salud mental no deseo aclarar.

Hace tantos años me pregunto si al llegar la muerte, tendrás una sensación especial, si es cierto que uno expira el último aliento y se va. O si, por el contrario, sufrirás todo eso que dicen los expedientes médicos, pero en silencio, sin poderlos expresar. ¿Acaso no hemos leído que alguien falleció de "paro respiratorio", mientras dormía? ¡Qué susto!, tus funciones vitales se van apagando... ¿estarás consciente de ello? ¿O simplemente será que pierdes el sentido, se te apaga el CPU y lo demás ya no lo padeciste? O por el contrario, ¿seguirás consciente de que no tienes oxígeno y te estás ahogando... que tu corazón deja de palpitar y sientes cómo te ocurre un infarto y cómo, tu cuerpo inmóvil, ya no responde ni responderá? Siento un ahogo de pensarlo y siento alivio de poder expresarlo.

No puedo decir que la viva de manera indiferente, pero como no ha aparecido como algo tangible, vivencial en carne propia, creo que sólo me hace tener la incertidumbre al pensar cómo, en algún día, seré un montón de huesos sin vida...