lunes, diciembre 07, 2009

Pistita de Hielo

Un cuadrado con puntas redondeadas, igualito que una lata de sardinas… con decenas de personas tropezando unas con otras. Esta vez, los chicos de secundaria no estaban en la ceremonia de todos los lunes, cantando el himno nacional, sino cantando ska al tiempo que aprendían a patinar en la pista de hielo del Zócalo de la ciudad de México.

Los chicos de preparatoria tampoco podían estar ausentes, sin embargo, no se les ve patinando, sino apoyando a los patinadores desde el acceso, hasta en el monitoreo del cumplimiento de reglas dentro de la pista. No es difícil suponer que son becarios de Prepa Sí, para algo se inventaron los programas sociales y los servicios para pagarlos.

Una nena muy amablemente se ofreció a calzarme los patines, y con una destreza singular, colocó el calzado entre sus piernas para atar los cordones, algo que me hizo temblar de miedo porque, un movimiento involuntario y estaría incurriendo en algún delito de tipo sexual… ya ven que está de moda ser agresor aunque a uno no le gusten esas cosas.

Pero el contexto fue aterrador. Mis oídos no escuchaban la música y mis ojos no estaban atentos a los tropezones, caídas y exhibiciones de los asistentes, sino que platicaban conmigo mismo, pensando qué tan fuera de contexto estaba la nieve en un lugar rodeado del Palacio Nacional, del Ayuntamiento… de la Catedral, y de un hermoso gris cielo que continúa siendo contaminado al mantener la pista al aire libre.

Y hablando de tradiciones invernales… ¿no será la reafirmación de que la ciudad se vuelve cada vez más fría, más deshumanizada? En 15 minutos la pista hace agua, lo que quiere decir que también la calidez de los chilangos cuenta, para darle en la torre a lo que todos estábamos disfrutando.